Detrás de cada negocio tradicional, de cada mostrador y vitrina que ha resistido el paso del tiempo, hay una historia. Y en Quinta Normal, pocas son tan representativas como la de Allan Muñoz Fierro (74), hijo de Jorge Amalio Muñoz y María Violeta Fierro. Su vida, tejida entre hornos de pan, carritos de reparto y locales comerciales, es también la historia del crecimiento y transformación de nuestra comuna.
Allan es nieto de don Wenceslao Muñoz, quien llegó desde España luego de la Guerra Civil y fue pionero en el desarrollo de la actividad arrocera en Ñiquén, en la actual Región de Ñuble. De ahí viene la sangre emprendedora que corre por sus venas.
Una historia forjada con pan y esfuerzo
Su padre, Jorge Muñoz, dejó muy joven el hogar paterno, cansado de una rígida educación. Su espíritu inquieto lo llevó a trabajar en panaderías en Rancagua y luego en San Fernando, donde se especializó y llegó a ser encargado de sucursales. Allí conoció a María Violeta Fierro, quien fue elegida Reina de la Primavera en 1948. El amor floreció entre repartos de pan y sueños compartidos.
Tras casarse, se trasladaron a Santiago y se establecieron en Lo Espinoza, en Quinta Normal, en una humilde casa de madera frente a lo que hoy es la Capilla Nuestra Señora del Carmen. Allí nació Alan en octubre de 1950.
Desde pequeño, Alan acompañó a su padre a repartir pan por las calles de la comuna. Fue testigo del salto de su padre a la locomoción colectiva en el recorrido “Matadero-Palma” en los años 50 y, poco después, al mundo del comercio. Jorge Muñoz compró el negocio “El Sauce”, en Carrascal, y se convirtió en un referente local, conocido cariñosamente como “El Sauce Llorón”.
Una vida dedicada al comercio y a Quinta Normal
Jorge no solo vendía productos; vendía cercanía, compromiso y cariño por su comuna. Fue un actor clave en la consolidación del comercio en Avenida Carrascal, liderando la idea de instalar el edificio municipal en el ex Parque Lo Franco, donde efectivamente se construyó el actual edificio consistorial, pese a la oposición de los comerciantes del sector JJ Pérez.
En los años 60, la familia fundó el Supermercado Lo Franco, en Carrascal 4436 (donde hoy está el Líder), atendiendo hasta el año 2005. Luego se trasladaron a Carrascal 4400 con General Brayer, donde Alan aún trabaja con su esposa, Victoria Zúñiga, manteniendo viva la llama del comercio de barrio.
Compromiso gremial y legado
Jorge Muñoz fue dirigente histórico de la Cámara de Comercio de Quinta Normal, fundando Detacoop y la Central de Compras para el comercio minorista. Su hijo Alan no se quedó atrás. También fue presidente de la Cámara por más de 20 años y actualmente sigue siendo parte de su historia como miembro de la Comisión Revisora de Cuentas.
Alan ha visto transformarse la comuna, desde las calles de tierra hasta las estaciones del Metro. Pero su convicción permanece firme: el desarrollo de la comuna pasa por fortalecer al comercio local, por mantener viva la tradición, la cercanía con los vecinos y la historia que los forjó.
Un vecino que es parte de nuestra historia
Hablar de Allan Muñoz es hablar de Quinta Normal, de generaciones que no se rindieron, de hijos que honran a sus padres, y de comerciantes que no solo venden, sino que construyen comunidad.

En tiempos de cambios acelerados y comercio digital, su historia nos recuerda que el verdadero valor de un negocio no está solo en las ganancias, sino en la huella que deja en su gente y en su barrio.
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