El Campamento El Melón de Quinta Normal, ha sido el hogar de 16 familias por cerca de veinte años; veinte años sin baño, sin agua caliente, cocinando en precarias condiciones, durmiendo los duros inviernos chilenos en el barro, la humedad, con el frío que no te permite dormir, con el frío que duele hasta los huesos.
“Somos 16 familias que han visto a los suyos nacer y morir en el campamento, nos dice la dirigente Jessica Silva y que cuando llegaron jamás pensaron que dos décadas pasarían”, que sus vidas se entrelazarían en una colmena de sufrimiento, que todos los años se acercaban a las autoridades para que por favor les ayudaran. Cada vez que cambiaban las autoridades locales y centrales volvían a soñar y volvían a tocar las puertas con la esperanza abrigada en el corazón y ojos de cada niño del campamento. “Nuestra esperanza fue siempre darles a los niños y a nuestros ancianos una oportunidad de tener una vida decente, todos los años esos sueños se desvanecían con las enfermedades, con el desempleo y la falta de recursos, el ver a nuestros niños crecer y sentir el fracaso de no poder darles lo mínimo, mientras tanto el país crecía a pasos jamás visto en la historia, somos pobres, pero nos damos cuenta de que somos los más olvidados y desprivilegiados de la pirámide social. Hemos intentado todo, pero salir del campamento es muy difícil, finalmente uno busca ayuda en Dios y hasta la fe empieza a flaquear. Han sido veinte años desesperantes y crueles”.
Al igual que miles de chilenos los habitantes del Campamento El Melón tienen trabajos informales como ayudantes en comercios, ferias libres, cuidado y lavado de auto. En tiempos de pandemia se han visto inhabilitados de realizar sus funciones ante lo cual se encuentran sin alimento para subsistir diariamente. Fue en este contexto, que Felipe Mora, Director Ejecutivo de Fundación Volemos Alto, se puso al servicio del campamento brindando alimentos y realizando ollas comunes durante los últimos meses.
Las empresas locales, el municipio y vecinos del sector han estado apoyando con mercaderías también al campamento, pero a la fecha aún no había aparecido una solución que erradique completamente el campamento.
La Fundación Volemos Alto iniciará un programa de Emprendimiento, empleabilidad e inserción laboral que busca instalar capacidades en cada uno de las personas del campamento con el objetivo de generar ingresos reales de los habitantes ante esta pandemia y que las soluciones se acrecienten post pandemia.
Finalmente, después de veinte años, los habitantes del campamento el melón tienen un propósito: Convertirse en emprendedores. De los 16 jefes de hogares, 10 de ellos ya están ideando en conjunto con la Fundación Volemos Alto su micro emprendimiento en cursos de Peluquería, Reciclaje, Carpintería y Cocina. La pasión ya está en cada uno de ellos, ahora lo que necesitamos es el capital de trabajo y las herramientas e implementos para echar a andar sus emprendimientos nos comenta “Felipe Mora, Director de la Fundación Volemos”.
El sueño de salir adelante y entregarles una vida mejor a los pobladores del campamento ve la luz y esperanza, se ve el final del túnel y de no ser los olvidados de la promesa de una vida mejor y dejar atrás las precariedades y concebir el término de la pobreza con soluciones integrales que impliquen una casa y mejores trabajos. Los pobladores se dan cuenta que las capacitaciones no serán fáciles, muchos de ellos poseen baja escolaridad pero se sienten felices de tener la oportunidad de una capacitación que logre cambiarles la vida.
“El futuro se abre donde todos podemos trabajar por lo nuestro y vencer de una vez por todas el ciclo de la pobreza, la pesadilla finalmente se ve detrás de nosotros y una nueva realidad nos espera y no es un sueño, aún no lo puedo creer”, acota el dirigente del Campamento El Melón de Quinta Normal, con sus ojos entumecidos y voz notablemente emocionada.
