Todos los jueves a las 12:30, un rincón de esperanza se enciende en Quinta Normal. En la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores, ubicada en el corazón de nuestra comuna, se prepara mucho más que comida: se prepara un espacio de dignidad, encuentro y humanidad.
El Comedor Solidario, nacido en medio de la pandemia como una iniciativa para entregar mercadería a familias en crisis, se transformó con el tiempo en un refugio semanal para muchas personas que hoy enfrentan difíciles realidades. Cada semana, entre 150 y 200 raciones de comida son entregadas con cariño a quienes más lo necesitan.
Un almuerzo que alimenta el cuerpo y el alma
El padre Manuel José Rodríguez, párroco de Nuestra Señora de los Dolores, nos recibe con calidez y nos muestra de cerca esta noble labor. Con profunda emoción, nos comparte:
“Esta labor no es solo ofrecer un plato de comida. Es también un rato de amistad, un rato de cariño, un rato de disfrutar. Estamos muy contentos de poder hacerlo. Los invito a hacer siempre cosas de este tipo, porque le hacen bien a los demás y le hacen bien a uno mismo”.
Este comedor no distingue edades ni condiciones. Alrededor de un 40% de quienes llegan están en situación de calle, otros son personas cesantes, adultos mayores o vecinos que simplemente atraviesan momentos económicos difíciles. Aquí todos son bienvenidos.
Una red solidaria que no se detiene
Lo que hace especial a este comedor es que no está sostenido por grandes fondos ni campañas millonarias, sino por la generosidad de muchos. Reciben donaciones de vecinos, organizaciones locales y de la propia parroquia, que los acoge con el corazón abierto cada semana.
Pero lo más emotivo es ver a los jóvenes voluntarios del Colegio Bicentenario Elvira Hurtado de Matte —alumnos de 1° y 2° medio— que cada jueves dejan los cuadernos por un rato para entregar platos, sonrisas y palabras de ánimo. Su compromiso es una lección viva de solidaridad.
Quinta Normal solidaria
En tiempos donde tantas noticias reflejan desesperanza, esta historia nos recuerda que en Quinta Normal también florecen los gestos nobles. Gestos que, como el Comedor Solidario, demuestran que el amor al prójimo sigue estando en el centro de nuestras comunidades.
Desde El Carrascal celebramos y aplaudimos esta hermosa iniciativa. Porque cuando el pan se comparte, se multiplica. Y cuando la empatía se organiza, se convierte en transformación.
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