Megadeth dice adiós: fans chilenos agotan entradas para su última presentación en Chile

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En apenas unas horas, los fanáticos del metal en Chile demostraron una vez más su devoción por los gigantes del género: las entradas para la última presentación de Megadeth en nuestro país se agotaron a velocidad récord.

La banda liderada por el incombustible Dave Mustaine se presentará el 4 y 5 de mayo de 2026 en el Movistar Arena, en el marco de su gira mundial “This Was Our Life”, una travesía de despedida que marca el cierre de una era en la historia del metal.

Dos noches que serán leyenda

Megadeth promete una jornada brutal e inolvidable, con la potencia de siempre: riffs precisos, letras cargadas de rabia y una actitud que ha definido el thrash metal por más de cuatro décadas. Será, como dicen sus seguidores, una ceremonia de despedida, una última oportunidad para sentir la furia, la energía y el virtuosismo que han hecho de la banda una institución del rock pesado mundial.

La formación actual —con Mustaine en la voz y guitarra, Dirk Verbeuren en batería, James LoMenzo en bajo y Teemu Mäntysaari, el talentoso guitarrista finlandés que reemplazó a Kiko Loureiro— promete entregar un espectáculo sin respiro, repasando clásicos como Symphony of Destruction, Holy Wars y Hangar 18.

Chile, tierra metalera

La relación entre Megadeth y el público chileno ha sido intensa desde su primera visita en los 90. Cada vez que pisan suelo nacional, lo hacen ante multitudes apasionadas que cantan, saltan y viven cada nota como si fuera la última. No es casualidad que Mustaine haya descrito alguna vez a los fans chilenos como “de los más fieles y energéticos del mundo”.

El adiós de una era

“This Was Our Life” no es solo una gira más. Es el cierre de una historia que cambió para siempre el sonido del metal, una despedida que recorre los cinco continentes y que encuentra en Chile un punto especialmente emotivo.

El 4 y 5 de mayo no serán simplemente un concierto: será un homenaje a décadas de música, rebeldía y pasión, una noche en que el rugido de las guitarras servirá para decir adiós —con orgullo, con fuerza y con el corazón acelerado— a una de las bandas más grandes que ha visto el rock.

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