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Un importante avance en materia educativa se concretó el martes 03 de diciembre, tras la aprobación en el Congreso del proyecto de ley que regula y prohíbe el uso de teléfonos celulares al interior de las salas de clases. La iniciativa, respaldada de manera transversal y sin votos en contra, quedó lista para ser promulgada y comenzará a implementarse de forma gradual a partir del primer semestre de 2026.
El ministro de Educación, Nicolás Cataldo, calificó la aprobación como “un paso muy significativo”, advirtiendo que el uso indiscriminado de celulares en el aula “se ha convertido en un flagelo sin control, una de las principales pandemias que afectan hoy a niños, niñas y jóvenes”.
Según explicó el secretario de Estado, Chile presenta condiciones que hacen urgente esta regulación: altos niveles de conectividad, gran cantidad de dispositivos por habitante y una amplia cobertura del sistema educativo. “Era necesario impulsar un cambio cultural respecto al uso de la tecnología en las aulas”, señaló.
Visión desde las comunidades educativas de Quinta Normal
Desde el ámbito local, Liova Gamboa, directora del Liceo Politécnico B-79 de Quinta Normal, valoró positivamente la nueva normativa y su impacto en los procesos de enseñanza.
“Esta nueva disposición restringe el uso de celulares, con algunas excepciones, en actividades curriculares donde se requiere concentración y atención, disminuyendo notoriamente el uso excesivo de pantallas para fomentar la socialización, el aprendizaje y el uso responsable de la tecnología”, indicó.
La directora agregó que la implementación de la ley “mejorará notoriamente los indicadores de aprendizaje para nuestros niños y adolescentes”, fortaleciendo el trabajo pedagógico dentro de las aulas.
El rol clave de las familias
El ministro Cataldo enfatizó que el éxito de la normativa dependerá en gran medida del compromiso de padres, madres y cuidadores.
“Si este involucramiento no ocurre, el impacto será limitado. Necesitamos que todos nos comprometamos a erradicar el uso extensivo de los celulares cuando no existen regulaciones adecuadas”, sostuvo.
Amplio respaldo político y evidencia científica
Desde el Congreso, el diputado Diego Schalper (RN), uno de los impulsores del proyecto, advirtió que el uso indiscriminado de celulares genera adicción y afecta directamente la concentración y el proceso educativo.
“Le hace mucho daño a nuestros niños”, afirmó.
En tanto, el diputado Héctor Barría (DC) calificó la medida como “una idea acertada”, señalando que los dispositivos se utilizan mayoritariamente para entretención y, en algunos casos, para prácticas nocivas como el ciberacoso. A su juicio, la educación debe volver a poner el foco en la pedagogía, los libros, el deporte y la cultura.
Por su parte, la diputada Alejandra Placencia (PC) destacó que durante la tramitación del proyecto se presentó una sólida evidencia respaldada por especialistas en neurodesarrollo y salud mental.
“La distracción permanente, la fragmentación de la atención, la ansiedad asociada a notificaciones y la pérdida de interacción social afectan la calidad del aprendizaje y el bienestar socioemocional”, sostuvo.
Placencia valoró que la ley contemple una prohibición general con excepciones razonables, permitiendo el uso pedagógico regulado o en casos de necesidades especiales.
Un cambio esperado en las aulas
La nueva normativa busca avanzar hacia espacios educativos más concentrados, seguros y propicios para el aprendizaje, una demanda que ha sido reiterada por docentes, equipos directivos y familias de comunas como Quinta Normal, donde el uso excesivo de pantallas se ha transformado en un desafío cotidiano para la convivencia escolar.
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Quintanormalino, Co-fundador de “El Carrascal”.


